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Mar 10

La Unió Gremial denuncia que los bonos de consumo para los grandes supermercados aumentarán la inflación y hundirá al comercio local.

La solución es regular los beneficios de las grandes cadenas, no incidir en medidas que limiten la competitividad del comercio local.

València, 10/03/2023. El sistema de bonos de comercio surgió como una medida de impulso económico dirigida a minimizar los efectos de la situación extraordinaria originada por la crisis sanitaria sufrida por la pandemia y la crisis económica y la inflación originada por la guerra en Ucrania. Medidas que pretenden incentivar el consumo local, estimular las compras en el comercio local y aliviar la carga económica de las familias en la cesta de la compra.

Hemos visto como los grandes supermercados han sido los grandes beneficiarios de estas crisis, y han aprovechado la situación para especular con los precios de los productos de primera necesidad. La reducción del IVA en estos productos no se tradujo en una reducción del precio final de estas compras.

Establecer un sistema de bonos consumo en los grandes supermercados solamente contribuirá a aumentar la inflación. Proponer una lista de productos sobre los que aplicar los bonos, sin garantías que eviten la subida del precio de salida de estos productos, es precisamente defender un modelo que perjudicará a las familias más desfavorecidas.

Estas medidas, bien podrían ser una más de las engañosas ofertas que de por si aplican los supermercados, el “pague 2 y llévese 3”, o el compensar los precios bajos en unos productos con la subida del resto de productos, sabiendo que una que las personas consumidoras acuden al supermercado, hacen una compra mucho más amplia y adquieren artículos que no están la lista de productos básicos.

Son precisamente estas grandes empresas, las que se oponen a una regularización del periodo de rebajas, las que exigen liberalizar los horarios comerciales para abrir domingos y festivos y defienden el neoliberalismo más salvaje, las que ahora buscan beneficiarse de un sistema de ayudas de fondos públicos para retroalimentar y seguir enriqueciéndose a costa de un problema que estas mismas empresas han creado con la subida y especulación de los precios.

Si el Consell quiere reducir el gasto de los valencianos y valencianas en la cesta de la compra, se han de tomar medidas para regular los desmesurados beneficios de las multinacionales y las grandes cadenas de distribución. Los impuestos de las familias no pueden servir para generar mecanismos que las condicionen a comprar en los supermercados. Este tipo de medidas perjudicaran gravemente al comercio local y beneficiará nuevamente a las grandes empresas, afianzando así su monopolio.

Ya se vio en las bonificaciones al combustible, que provocó una subida de precios de las petroleras disminuyendo el margen de ahorro de las personas consumidoras y lastrando la capacidad competitiva de las pequeñas gasolineras, capturando buena parte de la bonificación.

Desde la Unió Gremial instamos al presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, a reflexionar sobre este tipo de medidas, para que se reconduzca y no perjudique a los cerca de 100.000 comercios que según el Instituto Valenciano de Estadística conforman el tejido comercial de la Comunitat Valenciana, cuyos efectos negativos se verían especialmente agravados en las poblaciones más pequeñas en serio riesgo de despoblación.